martes, 27 de julio de 2010

"Toda decisión implica una renuncia"

Me siento totalmente pequeña.
No sé si por las cosas que intento hacer y no me salen bien o por las cosas que la gente hace a mi alrededor y yo todavía tengo en la lista de pendientes.
El caso es que no me siento muy allá esta noche.
Será por eso que me he venido aquí. Al rincón de pensar. Pero no en el que castigan a mi pequeña sobri cuando le da por enfrentarse a los gigantes adultos que la rodean.
Al rincón donde de repente se te pierde la mirada en el infinito y ni la luz, ni la luna, ni las estrellas te ensanchan las pupilas.
Ese sitio donde de repente parece que el silencio se te apodera y sólo te queda un sentimiento de vacío que se va llenando de un espejismo de ron con trina de limón que acabará saliendo, bien por donde ha entrado, bien por medios más naturales.
la sensación es de, "¿y ahora qué?"
Ahora qué con todo. Ahora qué con lo que ya he hecho. Ahora qué con lo que tengo entre manos. Ahora qué con lo que he dejado escapar.
Llevo un par de meses que cada cierto tiempo, varias veces al día, como un pesado reloj de cuco, me sinapta una neurona que genera una frase en mi cabeza: "Toda decisión implica una renuncia". Y todas las renuncias de mi vida se agolpan en las sienes y no me dejan pensar ni avanzar. Pasan lentas dentro de mi cabeza. Casi las puedo ver y revivir una detrás de otra.
Vuelvo sobre caminos cruzados e intento ver más allá del cartel de carretera cortada que hay al lado de cada una de las decisiones que he seguido en este tiempo. Pero no se ve nada. Ni siquiera hay nubes de "y si..." que me den pie a imaginar lo que hubiera pasado si no hubise cerrado ese camino. Simplemente hay un vacío. Una oscuridad que martillea pensamientos y fantasías incompletas que ni siqueira soy capaz de organizar.
Y me duele la cabeza y no puedo dormir. Y cuando dejo de repasar esos sitios oscuros, sigo sin poder dormir, porque entonces empiezan a llegar rotondas y rotondas en las debo elegir cuando poner el intermitente y continuar el camino. Y hay un montón. Cientos de pequeñas salidas que he ido tirando como piedras en un lago que están esperando cada vez que doy un paso.
Y me pregunto qué pasa si dejo de caminar hacia esas decisiones qu ehe ido arojando cada vez un poco más lejos. Qué ocurriría si me salgo de todas las líneas trazadas y me voy campo através hacia vete túa saber dónde y empiezo de nuevo a tirar otras piedras y otras líneas y a buscar otras rotondas.
No paro de pensar en cómo sería dejarlo todo e irme. Saltarme cualquier plan establecido en la lógica humana y desaparecer para ser yo en otro lugar, en otro tiempo, en otro ritmo...
Y cada vez se hace más fuerte la idea. Y me vuelve a doler la cabeza y vuelvo a no poder dormir.
Me laten las sienes y cuanto más cierro los ojos más despierta me siento.
Y otra vez vuele a explotarme un regero de reacciones químicas en el cerebro y se oye de fondo una vez más... "Toda decisión implica una renuncia"